Pini-relatos

Hoy os voy a ''sorprender'' con uno de los relatos que tenía ganas de publicar, espero que os guste, porque si no, sería una putada.

El comienzo Fémino
Había una vez, tres chicas que no tenían nada en común. María José, Marina y María del Pino. Sí, es curioso que todos empiezen por M. María José, alias: Purpu, vivía tranquilamente en Barcelona, en un pequeño pueblo pintoresco, de aquí para allá. Marina, pasaba sus tardes con sus amigos y viviendo la vida. María del Pino, alias: Pini, estudiaba y se hacía responsable de sus tareas, sumergiéndose luego en la soledad de su habitación... Pero, algo cambiaría. Por casualidad, un día de esos ellas tuvieron que viajar a alguna región de España que ahora mismo no recuerdo, y ahi se encontraron. Era la estación de tren, se encontraba Purpu con su jersey oscuro, esperando su viaje. Marina, estaba dentro de una pequeña cafetería tomando un zumo, y Pini corría disparadamente hacia ninguna parte. Por un segundo, a la despistada chica se le cayeron los papeles que portaban su mano. Como si de una atracción se tratase, Purpu y Marina acudieron a ayudar a la nerviosa, mientras la gente miraba sin agacharse a cooperar en la recogida de las hojas. Pini las miró, varias veces, y les resultó familiares, pero realmente no las conocía. Abrió más los ojos, y les agradeció su ayuda. De nuevo, nerviosa e insegura, siguió corriendo por la estación. Marina y Purpu se quedaron riéndose, sin maldad, y se invitaron a tomar un café.
Durante la oscura tarde, Pini decidió salir a pasear por las inmensas calles, esta vez con tranquilidad. Purpu decidió quedarse en el sitio, y no cogió el tren, ella también estaba paseando por las callejuelas. Marina, miraba al cielo mientras también tomaba camino por la acera, paso a paso. Las tres volvieron a coincidir; estaban en una plaza. Era increíble, abrieron los ojos a la vez, y gritaron entre ellas: ¿Eres tú la chica del foro? Puf, se creó Las Féminas Lujuriosas. Por lo que he oído, ahora ellas tienen un Blog y están creciendo en su etapa. Espero que les vaya muy bien.

*Este relato no es real, ninguna de las tres nos hemos visto en persona nunca.

Paradojas Lujuriosas
Una alzó una ceja, otra frunció el ceño y otra puso los brazos en jarras. ¿Esta vez íbamos a secuestrar bien a Romero o iba a ser un nulo intento? Las dos hicieron un movimiento de indiferencia y la otra hinchó sus mejillas. Se habían enfadado mediante gestos. Al rato, se empezaron a reir de ellas mismas. ¿Y Romero, qué?